Vivo otra vez y siento como si entre mis manos fluyera el agua fresca. Me reinventaré como mujer y tiraré, a cada paso, mis andrajos de fantasma sin sexo. Caminaré hacia el mundo con la cara levantada y recibiré un abrazo que me apriete los huesos, y un beso que me perturbe. Tendré presente que la sensualidad existe, hasta que me sienta completa otra vez.
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